Érase una vez un hermoso y desgraciado país llamado Dormilandia. La Madre Naturaleza le había situado en un privilegiado lugar y le habían sido concedidos numerosos dones, sol, buena temperatura, unas maravillosas playas, espíritu emprendedor. Sus ciudadanos eran aguerridos combatientes y grandes navegantes, trabajadores y valientes, muy valientes. Su tierra siempre había sido envidiada e invadida por otros pueblos, y a todos los habían expulsado de la misma. Les invadieron desde romanos a cartagineses, pasando por los árabes que estuvieron ochocientos años. Costó mucho unificar el reino y hacerlo grande y poderoso. Su espíritu aventurero y su valor les llevó a descubrir todo un Continente y a recuperar la unidad natural de su país. Tuvieron grandes reyes y gobernantes, pero desgraciadamente a los largo de su milenaria historia fueron muchos más, los malos que los buenos.
Hubo un momento en su historia que en sus dominios no se ponía el sol. La dinastía de los Astras que lo hizo grande, cambió por agotarse la linea sucesoria, pasando la corona a la Dinastía de los Gorgones. Algunos de estos Reyes fueron buenos, pero hubo alguno que traicionó a su país entregándolo al invasor. Fue de nuevo el noble pueblo quien lucho cuerpo a cuerpo en cada rincón para expulsarlo. Antes de retirarse los invasores que eran sus vecinos los Francinos, saquearon sus tesoros y rapiñaron todo lo que a su paso encontraron, matando a sus gentes de una forma cruel y despiadada.
El heredero de este despreciable rey fue todavía peor que su padre. Traicionó de nuevo al pueblo, cercenó sus libertades y derechos y lo dejó sumido en la pobreza y en la ignorancia. No contento con esto, dispuso que su hija fuera su sucesora en detrimento de los derechos de su hermano, lo que originó una terrible guerra entre ambos bandos.
La heredera de la corona se dedicó más que nada, a pasarlo bien con sus numerosos amantes y dejó, mal aconsejada por la cretina de su madre, el poder en manos de sus protegidos y amantes. Entre una y otros le hicieron creerse por encima del bien y del mal.
Fue destituida y se refugió en el vecino país de los Francinos donde siguió pendoneando hasta el final de sus días. Su heredero murió joven y le sucedió su hijo, un niño que aun no había nacido. Hasta la mayoría de edad, fue su madre la Regente del país. Esta mujer era muy estricta en todo menos en la educación de su hijo. Le malcrió, y el pueblo de nuevo sufrió las consecuencias. Era tanto el descontento y el atraso de este magnifico y sufridor pueblo, que al final el Rey se marchó al exilio con toda su familia obligado por las cirscuntancias.
Se proclamó la República con gran algazara de la ciudadanía. Fue peor el remedio que la enfermedad. La República desembocó en una contienda civil que destrozó este maravilloso país, enfrentando hermanos contra hermanos, con una saña y una crueldad sin precedentes. Esta guerra duró tres largos años en los cuales sus habitantes sufrieron lo indecible. Al cabo del tiempo el bando ganador instauró una dictadura que duró cuarenta años, sin que ninguna otra nación se apiadara de sus gentes.
Muerto el Dictador que había tenido sojuzgado al pueblo durante tantos años, se abre un futuro más que incierto. El recuerdo de los tiempos pasados, consigue sentar en la misma mesa a los representantes de los partidos políticos, que aparecieron como las setas al olorcillo del poder. Aquellos primeros representantes consiguieron llegar a un pacto, para cambiar las estructuras de un Estado viejo y atrasado, poniendo en marcha las reformas necesarias para este menester. Todos fueron conscientes de lo importante que era aquella unión y lo que había en juego.
De aquella unión transitoria salió una Constitución que pretendía contentar a todos.
Pronto los enemigos ancestrales de esta hermosa tierra empezaron a dejar ver sus verdaderas intenciones. Por el norte una banda terrorista asesina, tenia aterrorizados a los ciudadanos de todo el estado, especialmente a policías y militares, que morian asesinados,También morian muchos civiles y niños cuando hacian estallar bombas, de forma indiscriminada. Fueron días terribles de asesinatos secuestros y extorsiones. Lo hacían apoyados por unos cretinos racistas, comandados por unos individuos con ideas separatistas, en nombre de una supuesta supremacía racial con el resto de gentes del Estado.
En realidad los asesinos eran en su mayoría unos zotes ignorantes, que no conocían más que sus pequeñas aldeas y eran y son manipulados por los más radicales y nacionalistas, en nombre de una supuesta opresión. Se les concedió todo lo que quisieron y más. Nada les contentaba. Seguían pidiendo más y más, y matando cada vez más, apoyados y protegidos por los envidiosos y rencorosos Francinos, que siempre habían estado ahí, en la sombra perjudicando todo lo que podian.
Desde el Gobierno de turno algunas veces se les combatió eficazmente. Otras veces los gobernantes hicieron sonrojar de vergüenza a los ciudadanos negociando con ellos de tú a tú. Se les hicieron concesiones repugnantes poniendo en la calle a los autores de numerosos asesinatos, que ni se habían arrepentido ni lo iban a hacer nunca. Se olvidaron de las víctimas con un cinismo demoledor, con una desvergüenza y un falso buenismo aterrador. Quisieron equiparar a víctimas y verdugos, pretendiendo que no hubiera vencedores ni vencidos.
Cuando ya el País de los Francinos colaboraba eficazmente, y las fuerzas de seguridad del Estado tenían acorralada a esta banda de asesinos, y en vísperas de unas elecciones generales, se produce un terrible atentado con numerosas víctimas que aun está sin esclarecer. Este terrible suceso manipulado magistralmente por unos políticos sin escrúpulos, consigue darle la vuelta a los pronósticos que daban las encuestas, sobre los ganadores de los comicios. Un impactado electorado se creyó a pie juntillas las consignas lanzadas interesadamente por varios medios de comunicación, en una perfecta operación de manipulación de masas auspiciada por políticos sin escrupulos.
El gobierno saliente de estas elecciones, comandado por un inepto, iluso y utópico personaje, se dedicó desde el primer momento a negociar a cualquier precio con la banda asesina y sus protectores. Muchos ciudadanos se preguntan ¿POR QUE?.
¿Que sabe la banda asesina?. ¿Por que si todo iba bien en la lucha antiterrorista, tenía el Gobierno que llevar a cabo una negociación a cualquier precio?.
El resultado fue demoledor, asesinos en la calle y otros instalados en las Instituciones, y las ansias de separación a cualquier precio más presentes que nunca.
La población atontada por el Mantra lanzado desde el poder, para adormecer y convencer a los numerosos incautos que pueblan este desgraciado país.
¡¡HEMOS ACABADO CON ELLOS!!.
Y yo digo: ¡Mentira! :
Ni se han arrepentido, ni han entregado las armas, ni han pedido perdón, ni han renunciado a nada.
Unos
ciudadanos pobremente formados por un sistema educativo absurdo, que
cambia cada vez que hay un nuevo Gobierno, han convertido a las nuevas
generaciones en una mayoría de analfabetos funcionales, que no saben
nada de su historia y que pasan de todo. Muchos jóvenes totalmente
desmotivados por las nulas espectativas profesionales que tienen, se
marchan a otros países buscando un futuro mejor.Por el Nor-Este los separatistas utilizan otros medios, menos violentos pero igualmente destructivos para el resto del Estado. No matan, pero extorsionan a los sucesivos gobiernos con sus exigencias de competencias y dinero. Piden y piden haciéndose constantemente las víctimas, cuando en realidad son los grandes privilegiados en comparación con el resto. Todos los gobiernos sin excepción, les han beneficiado siempre en detrimento de otras regiones .
En sus colegios y escuelas, aleccionan a los estudiantes, inculcándoles un odio feroz hacia su País y hacia las buenas gentes de otras regiones, haciéndoles creer que ellos son los culpables de todos los males, y ellos superiores moralmente.
¡¡DESPIERTA DORMILANDIA!!. ¡No consientas que unos desaprensivos políticos cambien tu país por la puerta de atrás!.
Si quieren separarse de ti, que hagan un Referéndum y si el pueblo decide que se vayan, que lo hagan, y si no que se aguanten.
No hay comentarios:
Publicar un comentario