La Higuera de mi niñez
La noche caía sobre el valle hermoso
Cuando te vi a lo lejos verde y robusta
De tus ramas frondosas, las verdes hojas
Refulgían turgentes, llenas de vida.
La higuera de mi niñez, allí seguía
Esperando a sus dueños que antaño fueron
Niños y mayores, todos lo vimos
El milagro del genio que te cambió.
De toda nuestra historia siempre destacas
Cuan motor y alma mater de mi niñez
Quería que crecieras y así lo hiciste
Madurando conmigo, sin fenecer
Me marché y otros dueños de ti cuidaron
Guiándote con tino y buena mano
Pero nunca olvidé que allí seguías
Y volví a tu lado año tras año
Tocarte con mis manos comer tus frutos
Y añorarte otra vez cuando me voy.
Las veces que al pueblo mis pasos guio
Lo primero que quiero es saber de ti
Tocarte, contemplarte, gozar contigo
Recordar a tú lado penas y llantos
No olvidar que allí cerca tengo mi arraigo
Y seguir con mi vida por otro año
¡Ay! de aquellos cálidos y largos días
De los estíos dorados que allí viví
Cuando me refugiaba buscando amparo
Al lado del “cañillo”, junto al pretil
Mi hermano mayor guió tus ramas
Injertando tus tallos con precisión
Él se marchaba lejos, muy lejos
A tierras extrañas buscando el pan
Y yo siempre le añoraba cuando se iba
Y siempre deseaba verle llegar
Alto, moreno, lleno de vida
Que volviera a su casa y a su solaz
Que viera su higuera, porque suya era
Y que ya no se fuera nunca jamás
La higuera quería con su pujanza
Ayudarle a él, que tanto hizo
Antonio se llamaba, nunca lo olvido
El mismo que tu loca estirpe cambió
Con sus manos de niño te hizo buena
Con su fuerza y cariño, a mí me crió
Haciéndome de padre cuando el destino
Preciosa poesía llena de sentimiento y evocación. Me encanta su blog
ResponderEliminarUn saludo de Guadalupe desde Mexico